CÚMULOS DE BUEN TIEMPO

Hoy han salido

Cúmulos de algodón

A pasearse

    Los cúmulos de buen tiempo, como algodones suspendidos en el cielo, parecen inmóviles, estáticos. Pero no es así. Basta perder unos pocos minutos observándolos para ver como evolucionan, desde una pequeña zona de condensación a un rechoncho cúmulo redondeado y como éste empieza a decaer para finalmente desaparecer, mientras un poco más alla está surgiendo otro nuevo.
    Una burbuja de aire húmedo, cercana al suelo,  calentado por el sol, se ha calentado a su vez y como un globo aerostático asciende en el seno de un entorno más frío, expandiéndose y por tanto perdiendo temperatura. Cuando su temperatura se iguala a la del entorno deja de subir. Mientras tanto el vapor de agua se ha saturado al bajar la temperatura y se convierte en microscópicas gotitas de agua, que agrupadas en un número incalculable dan forma a la nube.
    Al igual que los cúmulos, nosotros también aparecemos como de la nada, crecemos, cambiamos de forma, nos extinguimos.Tenemos un aspecto muy consistente, pero conforme nos miramos con más detalle, estamos formados por células, que a su vez están formadas por moléculas y éstas por átomos que se componen de partículas elementales moviéndose como moscas en una catedral.
    Nos creemos permanentes, inalterables, pero a cada segundo, sin que lo notemos estamos cambiando, decayendo. No nos gusta reconocerlo. Detestamos hablar de ello, pero asi funcionan las cosas nos guste o no.
    ¿A dónde van las nubes cuando desaparecen?
    ¿ A donde vamos nosotros?